Tritul Rimpoché tiene 31 años y es lama tibetano. A los pocos años de su nacimiento fue reconocido como tulku -lama reencarnado- y a partir de ahí comenzó su educación en el monasterio Gaden Shartse. Ayer visitó el centro Gaden Choeling (General Valdés, 11) de San Fernando donde impartió un curso.
-¿Cuál es la labor de un lama tibetano?
-Es una labor altruista basada en las enseñanza de Buda y su práctica que comparto con los demás.
-Su práctica pertenece a la más reciente de las cuatro escuelas que existe del budismo. ¿Qué la diferencia del resto?
-No hay muchas diferencias. Por ejemplo, para llegar a Madrid puedes hacerlo en diferentes medios en avión, AVE, coche... La única diferencia es el modo de hacer el camino. El nuestro está basado en la lógica y la razón. La escuela guelugpa da más importancia a la contemplación, al estudio intelectual y hay mucha práctica.
-¿Cuál es la meta de ese camino?
-Adiestrar nuestra mente. La raíz de todos los conflictos que tenemos ahora tienen la raíz en ella. Por eso es necesario la mente para eliminarlos.
-¿Qué le ha llevado a instalarse en Sevilla?
-La tapa (ríe). Sevilla es muy bonita y la gente es muy simpática y abierta. También me gusta la cultura y compartir conocimientos con otras religiones. Mantengo contactos con algunos curas y monjas cristianos a los que aprecio mucho por su trabajo altruista.
-¿Qué buscan las personas que llegan al budismo?
-En el budismo y el cristianismo existen partes comunes que podemos compartir y partes individuales propias de cada religión. Las personas que pasan del cristianismo al budismo son muy respetuosas porque nunca critican su anterior religión y siguen guardándole cariño a esas creencias. Esto beneficia al budismo. La diferencia se encuentra en la interpretación de cada filosofía, quizás eligen el budismo porque en un determinado momento deciden que esta religión les puede beneficiar más.
-¿Cuál es el futuro de esta religión en España?
-En el mundo global en el que vivimos no hay fronteras y lo mismo sucede a nivel espiritual, todo el mundo puede compartir algo que sea beneficioso para todos. En España, el budismo es una de las religiones más arraigadas y está beneficiando a la gente.
-¿La importancia que está cobrando se debe a la idea de paz que se asocia con su filosofía?
-En el budismo tenemos que reflexionar mucho desde nuestro interior y vivir el presente. Por ello, la meditación tiene la misión de familiarizarnos con nosotros mismos. Esto nos produce paz, algo a lo que le damos mucha importancia.
-¿Qué muchos famosos afirmen que son budistas puede llegar a desvirtuar la esencia de la religión?
-Si la gente lo toma como moda, puede ser. Todo el mundo sabe que Einstein dijo que el budismo es la religión del futuro, pero si hay quien lo toma como una moda no le aportará ningún beneficio.
-Es hijo de refugiados tibetanos. ¿Cómo ve el conflicto desde la distancia?
-No tengo ningún problema con los chinos y ellos, al igual que nosotros, sólo quieren vivir felices, pero la forma en la que nos trata su Gobierno es muy cerrada. El conflicto todavía pasa por circunstancias difíciles. Aún hay muchos tibetanos que viven en Tíbet que pasan muchos problemas.
-¿Qué piensa de los que afirman que el enfrentamiento es un problema político del que debe apartarse la religión?
-Creo que ni es un asunto político ni religioso, sino que se trata de un problema humano. Los tibetanos son seres humanos y deberían tener derecho a vivir, derecho a hablar, derecho a estudiar. El Gobierno chino entró en Tíbet y lo invadió. Más que un conflicto es un abuso.
imruiz@lavozdigital.es
-¿Cuál es la labor de un lama tibetano?
-Es una labor altruista basada en las enseñanza de Buda y su práctica que comparto con los demás.
-Su práctica pertenece a la más reciente de las cuatro escuelas que existe del budismo. ¿Qué la diferencia del resto?
-No hay muchas diferencias. Por ejemplo, para llegar a Madrid puedes hacerlo en diferentes medios en avión, AVE, coche... La única diferencia es el modo de hacer el camino. El nuestro está basado en la lógica y la razón. La escuela guelugpa da más importancia a la contemplación, al estudio intelectual y hay mucha práctica.
-¿Cuál es la meta de ese camino?
-Adiestrar nuestra mente. La raíz de todos los conflictos que tenemos ahora tienen la raíz en ella. Por eso es necesario la mente para eliminarlos.
-¿Qué le ha llevado a instalarse en Sevilla?
-La tapa (ríe). Sevilla es muy bonita y la gente es muy simpática y abierta. También me gusta la cultura y compartir conocimientos con otras religiones. Mantengo contactos con algunos curas y monjas cristianos a los que aprecio mucho por su trabajo altruista.
-¿Qué buscan las personas que llegan al budismo?
-En el budismo y el cristianismo existen partes comunes que podemos compartir y partes individuales propias de cada religión. Las personas que pasan del cristianismo al budismo son muy respetuosas porque nunca critican su anterior religión y siguen guardándole cariño a esas creencias. Esto beneficia al budismo. La diferencia se encuentra en la interpretación de cada filosofía, quizás eligen el budismo porque en un determinado momento deciden que esta religión les puede beneficiar más.
-¿Cuál es el futuro de esta religión en España?
-En el mundo global en el que vivimos no hay fronteras y lo mismo sucede a nivel espiritual, todo el mundo puede compartir algo que sea beneficioso para todos. En España, el budismo es una de las religiones más arraigadas y está beneficiando a la gente.
-¿La importancia que está cobrando se debe a la idea de paz que se asocia con su filosofía?
-En el budismo tenemos que reflexionar mucho desde nuestro interior y vivir el presente. Por ello, la meditación tiene la misión de familiarizarnos con nosotros mismos. Esto nos produce paz, algo a lo que le damos mucha importancia.
-¿Qué muchos famosos afirmen que son budistas puede llegar a desvirtuar la esencia de la religión?
-Si la gente lo toma como moda, puede ser. Todo el mundo sabe que Einstein dijo que el budismo es la religión del futuro, pero si hay quien lo toma como una moda no le aportará ningún beneficio.
-Es hijo de refugiados tibetanos. ¿Cómo ve el conflicto desde la distancia?
-No tengo ningún problema con los chinos y ellos, al igual que nosotros, sólo quieren vivir felices, pero la forma en la que nos trata su Gobierno es muy cerrada. El conflicto todavía pasa por circunstancias difíciles. Aún hay muchos tibetanos que viven en Tíbet que pasan muchos problemas.
-¿Qué piensa de los que afirman que el enfrentamiento es un problema político del que debe apartarse la religión?
-Creo que ni es un asunto político ni religioso, sino que se trata de un problema humano. Los tibetanos son seres humanos y deberían tener derecho a vivir, derecho a hablar, derecho a estudiar. El Gobierno chino entró en Tíbet y lo invadió. Más que un conflicto es un abuso.
imruiz@lavozdigital.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario